Hasta que la idea de la muerte de Maradona se haga digerible para todos los argentinos pasará un tiempo, estamos en shock, parece un mal sueño, esa presunción de muerte temprana que siempre acechaba la vida del diez en esta última década, pero, que siempre sorteaba con elegancia, esta vez lo fauleo, lo dejo fuera de la cancha. Ahora nace una nueva realidad, da paso a la leyenda. Maradona, no fue simplemente un jugador de futbol fue/es un artista maravilloso de la historia del siglo XX. Un ser que nos reivindicó, aunque sea simbólicamente ante los ingleses, como si fuera tocado por una varita mágica celestial, esos 2 goles lo proyectaron a la eternidad, fue ese día que sentimos algo parecido a la felicidad. Era además aquel que entendía las situaciones que sucedían en un campo de juego muchos antes de que sucedieran, dije en un campo de juego, perdón no solo allí. Un ser que le dio alegría a un pueblo siempre castigado, que nunca se olvido de su país y que siempre lo puso delante de todo. Ese personaje con miles de aristas buenas y malas, con numerosas decisiones de vida cuestionables, pero de un carisma inigualable y una personalidad intensa que siempre fue fiel a sus convicciones y que en un campo de juego dejo todo más allá de sus propias fuerzas. Ese rebelde que no fue sumiso ante ningún poder, y que cada una de las batallas que libro le pasaron muchas facturas, aun así, no se doblego, supo reinventarse en la adversidad. Maradona, un ser con una pasión por el futbol como nadie, allí volvía a ser casi como un chico que lo único que le interesaba era divertirse con una pelota y a partir de allí desplegar todo su arte, casi inconscientemente. Diego, el que vivió mil vidas, el eterno, el representante más cabal de nuestra idiosincrasia, el que emocionaba, el que vino del barro y jamás se olvidó de su cuna. El que tenía una sensibilidad especial. Hoy miles de argentinos te lloramos. Hoy, él futbol te llora.
Simplemente Gracias¡¡¡
