Por el consumo responsable de alcohol

La Legislatura de la Ciudad Autónoma aprobó una ley que prohíbe los avisos publicitarios de bebidas alcohólicas en las calles de Buenos Aires y dispone para los infractores multas cercanas al millón de pesos.

En virtud de la nueva norma queda prohibida “toda publicidad de bebidas alcohólicas a través de cualquier tipo de anuncio en la vía pública dentro del ámbito de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires”.

Quedan exceptuados “los avisos que se limiten a enunciar la marca y/o logo del producto e incluyan, ocupando como mínimo en un setenta y cinco (75 %) del espacio publicitario”, alguno de los mensajes sanitarios que a continuación se proponen.

Se trata de nueve lemas cuyos respectivos textos preceptúan: “El consumo excesivo de alcohol es perjudicial para la salud”, “No bebas alcohol durante el embarazo”, “Si vas a conducir no tomes alcohol”, “El alcohol al volante mata”, “El consumo excesivo de alcohol causa cirrosis hepática”, “El consumo excesivo de alcohol causa enfermedades cardiovasculares”, “Tomar alcohol en exceso te acorta la vida”, “El consumo excesivo de alcohol predispone las relaciones sexuales no protegidas” y “El consumo excesivo de alcohol favorece la violencia y la violencia de género”.

Asimismo, “queda prohibida toda forma de publicidad, promoción, patrocinio o financiación de actividades culturales, deportivas o educativas con acceso libre y gratuito, por parte de las marcas de bebidas alcohólicas”.

Por otra parte, la nueva ley dispone que “los medios de comunicación oficiales de la Ciudad de Buenos Aires deben abstenerse de trasmitir publicidad de bebidas alcohólicas” y que “el Poder Ejecutivo, a través de las áreas que correspondan, debe desarrollar acciones informativas y educativas sobre las consecuencias negativas del consumo en exceso de alcohol y el alcoholismo como adicción”.

En cuanto a las sanciones, se establece que los titulares o responsables de empresas que realicen publicidades de bebidas alcohólicas en infracción a las normas que regulan la actividad, serán sancionados con multas que “pueden ir desde 144.750 hasta 965.000 pesos”.

La ley se aprobó por 42 votos a favor y 5 abstenciones. “Estamos muy conformes porque es una ley muy positiva, que no es prohibicionista pero que regula la publicidad en la ciudad”, manifestó en la oportunidad uno de los autores de la iniciativa, Roy Cortina (PS).

Hizo saber que “es una ley que se concatenó con las conclusiones que tuvo la Mesa de Diálogo de Adicciones que impulsó el jefe de Gobierno después de los tristes sucesos de Time Warp”. Dijo también que “una de las primeras recomendaciones que dio esta mesa de diálogo conformada por especialistas, gente de la salud pública, científicos y legisladores, fue precisamente regular la cantidad de estímulos que recibe la sociedad y, fundamentalmente, nuestros jóvenes, que cada vez se inician más tempranamente en el consumo de bebidas alcohólicas”, lo que “está haciendo estragos en la salud”.

Mencionó asimismo “otros hechos vinculados al consumo del alcohol, como la violencia familiar y de género, los accidentes de tránsito y los suicidios”.

El proyecto, presentado en junio último por Cortina y su correligionario Hernán Arce, expresa que “tiene por objeto regular la publicidad y promoción de la venta de bebidas alcohólicas en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires, a efectos de prevenir y asistir a la población ante las consecuencias negativas de su consumo en exceso”.

En cuanto a las finalidades, se trata de “promover el consumo responsable de bebidas alcohólicas, desalentarlo por parte de personas menores de dieciocho años, reducir los daños sanitarios y sociales que produce el alcoholismo, concientizar a la sociedad sobre los efectos disvaliosos de consumir bebidas alcohólicas en exceso y promover la responsabilidad social de los fabricantes y empresas distribuidoras de bebidas alcohólicas”.

A su vez, los fundamentos ponen de manifiesto, en primer lugar, que “el consumo excesivo de bebidas alcohólicas es una problemática compleja que, en términos sanitarios y sociales, tiene terribles consecuencias negativas y que se agrava día a día, afectando la salud y la vida de cada vez más personas, sobre todo jóvenes”.

A continuación, revelan las alarmantes cifras del Informe Mundial de Situación sobre Alcohol y Salud, difundidas por la Organización Mundial de la Salud, según las cuales “cada año mueren en el mundo alrededor de 3,3 millones de personas por el consumo nocivo de alcohol, lo que representa un 5,9 % del total de las defunciones” y que estiman además que, “en la franja etaria que va entre los veinte y los treinta y nueve años, un 25 % de las muertes son atribuibles a esa causa”.

En ese contexto, destacan luego que, de acuerdo con datos recientes de la nombrada organización internacional, “la región de las Américas ocupa el segundo lugar en consumo más alto de alcohol per cápita después de Europa, y la segunda tasa más alta de consumo episódico de alcohol, también asociado con efectos nocivos para la salud”.

Según esa fuente, “el ranking en América Latina lo lidera Chile con un consumo anual per cápita de 9,6 litros de alcohol y nuestro país se ubica en segundo lugar con 9,3 litros, 13,6 entre los varones y 5,2 para las mujeres”.

En lo que hace a la Ciudad de Buenos Aires, los autores de la iniciativa precisan que “está lejos de ser una excepción a ese preocupante escenario general”, puesto que “un trabajo del Ministerio de Salud de la Nación (…) mostraba que en nuestro distrito, la prevalencia de consumo de alcohol episódico excesivo era del 9,5 % y la prevalencia de consumo de riesgo era del 12,6 %, sólo superado por Santa Fe con el 13,7%”.

En otro de los fundamentos se subraya que el flagelo en cuestión “crece particularmente entre los jóvenes”, basándose en que “la encuesta nacional a estudiantes secundarios realizada por el Sedronar plantea que en la década que va desde el 2001 al 2011, el abuso de alcohol entre los integrantes de esa población se incrementó en un 113 %”.

En ese último sentido, se considera que “el contenido publicitario suele asociar el erotismo y la sexualidad, el deseo de libertad, el éxito profesional, la mejora del rendimiento físico o mental y la capacidad de socializar, con el consumo de bebidas alcohólicas”, que así “lo ejemplifican campañas de marcas reconocidas que envían mensajes ambiguos y confusos” y que “las inseguridades propias del proceso de maduración y el ansia de ser parte de un grupo de pertenencia que tienen los jóvenes, son un caldo de cultivo propicio”.

En los tramos finales, se informa que “a fines de la década del ’90, en nuestro país se sancionó la Ley 24.788 de lucha contra el alcoholismo que, entre otras medidas, prohibió el expendio de bebidas alcohólicas a menores de dieciocho años, dispuso la creación de un programa nacional e incluyó algunas disposiciones tendientes a limitar la publicidad de estos productos en todo el territorio nacional”.

Seguidamente, los autores precisan que la iniciativa que presentaron “viene a complementar y extender los alcances de ese marco, estableciendo restricciones más exhaustivas a la publicidad y promoción de bebidas alcohólicas en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires, asumiéndola como un componente preponderante para el fomento de su consumo desmedido”.

Es así como, “en sintonía con lo dispuesto por otras normas locales como la Ley 1.723 de prevención y protección de menores que sufren el alcoholismo y la Ley 3.361 de regulación de la comercialización de bebidas alcohólicas, el proyecto promueve el desempeño de un rol estatal mucho más activo en la concientización, prevención y atención sanitaria de esta grave problemática social”.

Haydée Breslav, para La Rayuela  y  Tras Cartón

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