Ex Esma: del terror del mayor centro clandestino de tortura y muerte de la Ciudad a la recuperación de la memoria y la vida

La Argentina se apresta a recordar los 40 años del comienzo de la noche más larga de terror, represión, desaparición y muerte en el país. Con el golpe cívico-militar del 24 de marzo de 1976 dio inicio a un proceso que llevó a la pérdida de derechos de toda la sociedad que terminó en la desaparición de 30.000 personas. La vuelta a la democracia significó un lento y contradictorio camino en busca de la verdad con justicia y memoria. A partir de los gobiernos de Néstor Kirchner y de Cristina Fernández, desde 2003 se diseñó una política de Estado en materia de derechos humanos que reimpulsó las causas judiciales y transformó a los centros clandestinos en espacios de vida, arte y de memoria. Crónica del Recorrido Histórico por la Ex Esma que propone una caminata por el predio para señalar sus marcas y usos durante la dictadura militar y en distintos momentos de su historia.

La Ex ESMA funcionó en un complejo edilicio originariamente destinado al alojamiento e instrucción de los suboficiales de la Marina. Ubicado sobre una de las más importantes vías de acceso en la zona norte de la Ciudad de Buenos Aires, la avenida Del Libertador -a pocos metros de la avenida General Paz-, la Escuela de Mecánica de la Armada se constituyó en uno de los mayores Centros Clandestinos de Detención, Tortura y Exterminio del país que funcionó entre 1976 y 1983 en el período de mayor terror de la Argentina contemporánea, por el que 5.000 detenidos-desaparecidos pasaron por este verdadero infierno.

El Grupo de Tareas 3.3.2 conocido como el GT3.3.2 fue una máquina de secuestrar, torturar y matar en los tiempos de la última dictadura militar. “Una de las particularidades de este centro fue el funcionamiento de una sala clandestina de maternidad, donde nacieron al menos 34 bebés de detenidas-desaparecidas; la mayoría de ellos fueron posteriormente apropiados”, tal puede leerse en los folletos que el público recibe a diario.

La recuperación del predio que ocupara la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), fue asumida como política de Estado a partir del año 2003 durante la presidencia de Néstor Kirchner, en el marco de la lucha de los organismos de derechos humanos de la Argentina por la memoria, la verdad y la justicia.

El Recorrido Histórico se inicia con la Muestra Homenaje a Walter Bulacio, “que recuerda la historia de miles de jóvenes que mueren víctimas de la violencia institucional”.  Con Walter Bulacio, en la ex ESMA, se ejerce memoria sobre “una serie de hechos de violencia ejercidos desde agencias del Estado que comportaban graves violaciones a los derechos humanos”.

A metros de la muestra se erige el imponente edificio que ocupó la Escuela de Guerra Naval, que en la actualidad es el Archivo Nacional de la Memoria. El Archivo es el resguardo de la memoria individual y colectiva de un pueblo a través de la obtención, análisis, clasificación, duplicación, digitalización y archivo de informaciones, testimonios y documentos sobre el quebrantamiento de los derechos humanos y las libertades fundamentales durante la última dictadura cívico-militar. En ese lugar, que data de 1934, los oficiales de la Armada realizaban cursos de Estado Mayor y otras especialidades, como cursos de contrainsurgencia, a los que también asistieron oficiales de las Fuerzas Armadas de países latinoamericanos. Y muchos oficiales tuvieron relaciones de cooperación con el grupo de tareas que funcionó en la ex ESMA.

El Centro Cultural Haroldo Conti

Detrás del Archivo se levanta otra de las grandes edificaciones, es el predio en que funciona el actual Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti, en homenaje al escritor secuestrado y desaparecido en 1976. Se halla ubicado en el edificio de dos cuerpos, que data de 1949 y que fuera el ex Pabellón de Armas y Aviación, y el Centro de Estudios Estratégicos de la Armada, donde en tiempos de la última dictadura, “desarrolló estudios y actividades dirigidas a aportar en la toma de decisiones del Alto Mando de la Armada produciendo a tal fin documentos reservados y con distintos grados de confidencialidad”, puede leerse en la placa instalada en su fachada central. Actualmente, allí funciona la Biblioteca “Obispo Angelelli” del Centro Cultural, que cuenta con una importante colección especializada en memoria y derechos humanos.

En pasillos, salones y patios interiores se exhiben diversas muestras fotográficas, pictóricas, esculturas y escenas de arte en general. En la planta baja, se encuentran las Salas 1 y 2 de Artes Visuales, la Sala de Fotografía y el Salón Multimedia del Centro Cultural, en lo que era el Pabellón de Armas. Donde hoy se encuentra el Teatro funcionaba el Pabellón de Aviación; y donde está ubicada la Sala de Cine “Raymundo Gleyzer” se encontraba el Laboratorio de Idiomas. Finalmente, en la parte superior de la Sala 1, donde están las oficinas del Área de Fotografía y Artes Visuales, funcionaba el espacio para la Instrucción de Armas.

El Sendero de la Memoria, parte 1

A ambos lados de la calle que vincula el Centro Cultural con los edificios de Casa de la Identidad y Casa de la Militancia, en los jardines se levantan gigantografías que recuerdan historias de vida y militancia de detenidos-desaparecidos en el centro de detención. Los relatos fueron construidos en base a entrevistas realizadas a familiares, amigos y compañeros de ruta de los detenidos-desaparecidos, la recopilación de fotos y objetos.

El sendero presenta las memorias que corresponden a Franca Jarach; Edgardo de Jesús Salcedo y María Esperanza Cacabelos; José Antonio y Cecilia Inés Cacabelos; Gustavo Alberto Grigera; Miguel Angel Boitano; Jaime Eduardo Said y Alberto Ezequiel Said; Hugo José Agosti; María Cristina Bustos; Ricardo Omar Lois; Jorge Simón Adjiman y Estela María Gache; Ana Rubel y Hugo Alberto Castro; Graciela Estela Alberti; Mario Galli, Patricia Flynn y Violeta Wagner; Carlos Alberto Chiappolini; Hugo, Blanca, Sergio y Betina Tarnopolsky; Claudia Josefina Urondo y Mario Lorenzo Koncurat; María Mercedes Bogliolo; Ernesto Eduardo Berner; Jorge Caffati; Adriana María Franconetti y Jorge Donato Calvo; Juan Ignacio Isla Casares; Ricardo René Haidar; José María Salgado y Marta Mastrogiacomo. Además, en paredes de algunos edificios pueden verse impactantes fotos murales que recuerdan a los jóvenes detenidos-desaparecidos Fernando Hernández Hobbas, Beatriz Hernández Hobbas, Nora Friszman, Eduardo Murillo y Norberto Palermo.

La Casa por la Identidad es el espacio que dirige Abuelas de la Plaza de Mayo, allí se cuentan las historias de las mujeres secuestradas que dieron a luz a bebés, los que luego fueron arrebatados y entregados a otras familias en un proceso de robo y cambio de identidad que Abuelas denunció al mundo. Es el ex Pabellón de Operaciones y Comunicaciones en un edificio construido en 1942, durante la dictadura allí se realizaron los Cursos de Operaciones, que incluía a los escalafones de operaciones, comunicaciones y servicios hidrográficos. De los cursos dictados, desde 1976 se dieron formas de articulación entre la ESMA como escuela y el grupo de tareas.

En el ex Pabellón Delta, la agrupación H.I.J.O.S. está a cargo de la Casa de la Militancia, en una construcción inaugurada en 1928 y diseñado originariamente para Taller de Enseñanza. Consta de una nave central y dos naves laterales, en una de las cuales funcionaba un imponente gimnasio cubierto. Fue sede del Taller de Electricidad, una de las formaciones técnicas básicas de la Escuela. Posteriormente se lo destinó a alojamiento de los distintos contingentes de la ESMA. En los tiempos de la dictadura, se lo denominó el Sheraton pues llegó a albergar a casi 3.000 jóvenes que para ser alumnos plenos debían aprobar un período selectivo preliminar; además, se alojaban compañías de conscriptos de infantería de marina, y en forma ocasional dotaciones de cabos comprometidos con el grupo de tareas. Es un espacio abierto a diferentes organizaciones políticas, sociales y culturales dedicadas a la formación militante y la difusión de las políticas de memoria. También, funciona la Tecnicatura en Periodismo Deportivo.

Con la finalización del primer tramo del Recorrido de Memorias de Vida y Militancia, se localiza una serie de edificaciones en etapa de refacción por parte de las Cooperativas Argentina Trabaja del Ministerio de Desarrollo Social, algunas de estas construcciones presentaban un importante estado de deterioro previo al desalojo por parte de las autoridades navales. Forman parte del Recorrido Histórico, como el ex Taller de Reparaciones, que ocupa un edificio del año 1940, destinado a Taller de Reparaciones a cargo de los trabajos de mantenimiento de todo el predio. En la dictadura, el Taller abasteció de los elementos requeridos para la logística de la represión con la participación de personal civil de la Armada.

Oscuros edificios de la ex ESMA

A su lado, un imponente edificio albergaba a la Pileta de Natación, que fuera proyectada en 1928 e inaugurada en 1950, diseñada como pileta cerrada de natación olímpica, allí se impartía la enseñanza de la natación a todo el alumnado de la ESMA. Atrás se encuentra el Polígono de Tiros, una edificación de 1960 que en tiempos dictatoriales fue empleado para adiestrar a los soldados conscriptos. Retomando por la calle interna que atraviesa el sector trasero del predio de la Ex Esma se halla el ex Lavadero, que ocupaba un edificio remozado que data de 1950, destinado al Lavadero del predio. A su lado, el ex Pañol de Equipos, que también formaba parte de las construcciones de 1950, destinado al almacenamiento de elementos de equipos varios destinados a los reclutas. Hoy es ocupado por el Consejo Federal de Derechos Humanos.

A unos metros se levanta el ex Depósito de Equipos en un amplio galpón levantado en 1980 para el almacenamiento de equipos varios, que presenta en una de las paredes laterales un imponente mural de la joven detenida-desaparecida en 1980, Graciela Alberti, a la edad de 26 años.

Detrás de estas construcciones, se erige la ex Imprenta (1950), en total estado de abandono y a la que todavía no le llegó la refacción integral de la misma. Allí, algunos secuestrados fueron forzados a desarrollar diversas tareas. Con modernas maquinarias se imprimieron publicaciones, documentación falsa, papelería comercial para justificar gastos, credenciales no oficiales de diversos organismos estatales como el Registro de Armas, la Policía Federal, Migraciones, que emplearon los integrantes del grupo de tareas en su accionar ilegal y clandestino. Incluso, las calcomanías y obleas con la leyenda “Los argentinos somos derechos y humanos” fueron impresas por los secuestrados.

En la misma callecita interior, se erigen el remozado ex Taller de Electricidad en un edificio construido en la década de los 70, empleado por el grupo de tareas para el abastecimiento de elementos requeridos en la logística de la represión. Y el ex Pañol General, que data de 1950, que es otra de las edificaciones puestas a nuevo que funcionó como depósito y administración del material de campaña, uniformes, enseres y demás útiles que recibía el personal y los alumnos de la ESMA.

Un cartel indicativo recuerda la existencia del Campo de Deportes, en un terreno contiguo de 12 hectáreas ubicado del otro lado de las vías del ferrocarril y de la autopista, al que se accede por un puente peatonal a metros del ex Pabellón de Máquinas. Son tierras de relleno ganadas al río, inaugurado en 1975 para la instrucción deportiva de los estudiantes. Durante el proceso militar, una de las formas de eliminación física fue la incineración, la que se practicó en terrenos del Campo de Deportes. Se presume que restos humanos de detenidos-desaparecidos podrían haber sido enterrados en algún sector del enorme predio.

Detrás de éste, un imponente edificio remodelado a nuevo en el que funcionó el Pabellón Máquinas destinado a la capacitación de aspirantes y cabos, situado en el costado sur del ex complejo militar. Con la recuperación del Espacio Memoria durante la presidencia de Néstor Kirchner, sirve de asiento de las señales televisivas del Ministerio de Educación de la Nación como canal Encuentro, PakaPaka, DeporTV y el portal educativo Educ.Ar, orientados a la producción y difusión de contenidos televisivos y multimediales que aportan a la calidad de la educación argentina.

Nuevamente en la calle que recorre de punta a punta el sector posterior de la ex ESMA, se ubica el Polo Productivo, de Desarrollo Social, que ocupa un espacioso predio de talleres, que sirvió de Garage o Taller de Automotores donde se reparaban los vehículos de la Armada. Pero, a comienzos de la dictadura, la necesidad de los represores de contar con una gran flota de vehículos no identificados para emplear en los secuestros, los llevó a usar el Garage como el espacio donde se mantenían los automotores que se apropiaban de los secuestrados o que se robaban en la vía pública. Se les modificaba su exterior, se los camuflaba y se les proveía de toda la documentación falsa.

El Museo Malvinas e Islas del Atlántico Sur

Al final de la calle, se visualiza la reluciente estructura del Museo Malvinas e Islas del Atlántico Sur, diseñado y construido con el propósito de rendir homenaje a quienes entregaron sus vidas en defensa de las Islas y también brindar información sobre la fauna y la flora, la cercanía geográfica y la extensión insular de Malvinas como parte de la topografía patagónica. Inaugurado el 10 de junio de 2014 por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Es un moderno edificio vidriado de tres niveles, cada nivel cuenta con salas y sectores que desarrollan las cuatro áreas temáticas que se abordan (Ambiente, Historia, Memoria y Actualidad), con contenidos audiovisuales e interactivos.

El Museo presenta dos áreas bien definidas, las exposiciones en el edificio vidriado y su exterior, un impactante espacio abierto que representa en agua, tierra y piedras, el contorno en sobre relieve de las Islas Malvinas y la silueta del ARA “General Belgrano”, hundido por las fuerzas británicas el 2 de mayo de 1982 fuera de la zona de exclusión, y que es un homenaje a los 323 argentinos caídos en esa acción criminal de la flota inglesa. Puede recorrerse a través de un sendero zigzagueante que resulta impactante para el visitante. La ex mandataria Cristina Fernández de Kirchner, en la inauguración en 2014, expresó que «esto no es una construcción edilicia, es una construcción histórica y colectiva y, fundamentalmente, un compromiso a no abandonar jamás por parte de ningún gobierno lo que constituye, sin lugar a dudas, una política de Estado y que es terminar con el último vestigio de colonialismo, como es el del colonialismo inglés, sobre nuestras islas Malvinas». Además, se alza un imponente mástil con una gran bandera argentina y al costado del edificio, el faro de la Soberanía Nacional montado sobre la estructura de un antiguo tanque de agua, cuyas luces blancas y azules representan una guía en el predio. Por la noche, su iluminación resulta todo un atractivo para el público.

Madres de Plaza de Mayo y el ECuNHi

A la salida del Museo, se retoma el circuito del Recorrido Histórico. Del lado derecho se observa el ex Pabellón de Electricidad, que es una edificación de 1947 destinada a la capacitación de aspirantes y cabos en electricidad y máquinas, armas, aviación, operaciones, mar y servicios. Renovado en su interior, la Asociación Madres de la Plaza de Mayo armó el Espacio Cultural Nuestros Hijos (ECuNHi), para la capacitación popular en artes y oficios en el lugar donde también funcionó el Liceo Naval. En el sitio web se destaca que “desde la apertura se llevan a cabo diversas actividades culturales gratuitas, presentaciones de libros, recitales de diferentes géneros musicales, representaciones teatrales, proyecciones de filmes de arte y documentales, muestras de arte visual, espectáculos para chicos y para grandes, clínicas, encuentros corales, festivales y clases magistrales, entre otras muchas otras”.

Enfrente, donde el ex Liceo Naval tenía su plaza seca, se armó en 2010, una impactante estructura arquitectónica que identificó a las Madres de Plaza de Mayo en los festejos del Bicentenario, en la avenida 9 de Julio. “La cúpula muestra un enorme pañuelo blanco y una instalación visual del artista Andrés Zerneri -el mismo que realizó los monumentos al “Che” Guevara y a la Mujer originaria-, compuesta por esculturas de las Madres en tamaño real. Ellas marchan incesantemente de a dos, tomadas del brazo, alrededor de una réplica de la Pirámide de Mayo iluminada desde su interior”, según se detallaba en un boletín del ECuNHi de octubre de 2010.

Entorno de la estructura, un monumental mosaico fotográfico con cientos y cientos de rostros de los detenidos-desaparecidos en  tamaño mural se constituye en todo un símbolo, en un faro de la memoria colectiva del terrorismo de Estado. La entronización del Pañuelo de la Vida fue todo un acontecimiento. Hebe de Bonafini, la titular histórica, expresó emocionada ante las autoridades y el público que colmó las instalaciones, “esta es una gran batalla ganada: en el lugar de la muerte, poner la vida; es una gran batalla que ganaron nuestros hijos. Esta mañana pensaba en todo lo que pasó aquí dentro, las torturas a las que fueron sometidos”.

El Sendero de la Memoria, parte 2

A medida que el visitante camina por la arbolada calle se adentra en el segundo sendero de memorias, “Memorias de Vida y Militancia”, en medio de los jardines de los antiguos edificios de la Enfermería o Sanidad y el Pabellón Coy. De la misma manera que en el otro sendero de carteleras murales, allí se exponen los relatos de vida y militancia que corresponden a los detenidos-desaparecidos en la ESMA, Luis Delpech; Pablo Lepíscopo; Daniel Víctor Antokoletz; Patricia Roisinblit; María del Carmen Moyano; César Amadeo Lugones y María Marta Vásquez Ocampo; Hugo Luis Onofri; Verónica Freier y Sergio Kacs; Luis Saúl Kiper y Enrique Berroeta.

El ex Pabellón Coy, destinado al alojamiento de los aspirantes navales de la ex ESMA. Fue asiento de la compañía del Batallón de Infantería de Marina 2. Durante la represión, la base operativa del Grupo de Tareas se trasladó del Casino de Oficiales al Pabellón Coy o Charlie. Se lo denominó Grupo de Operaciones Especiales de la Armada (GOEA), desde aquí se continuó con el seguimiento y secuestro de personas, el robo de bienes, los controles telefónicos. Algunos detenidos-desaparecidos fueron llevados a trabajar a ese lugar.

La vieja Enfermería o Sanidad tenía destinada una amplia construcción en la que médicos clínicos, enfermeros y odontólogos estaban destinados a cubrir la atención sanitaria de los estudiantes y del personal de la ESMA. Según indica la señalización del lugar, de manera excepcional algunos detenidos-desaparecidos fueron conducidos en forma encapuchada y maniatados por personal del grupo de tareas para tratamiento odontológico.

Detrás de la Enfermería, en una amplia superficie verde se levanta una instalación artística trabajada con rezago y partes de material militar en desuso. A su lado Huella, un monumento vivo que altera el paisaje, se inserta en el ambiente. Los responsables del proyecto se propusieron que el público donara cáctus, los sembrara y cuidara. A unos metros, una pared de la Enfermería muestra la foto mural del joven de 23 años, Jorge Omar Lazarte, desaparecido en 1977. Unos pocos pasos lo separan del ex Quincho de la ESMA, hoy Salón de los Pañuelos Blancos en homenaje a la lucha de los organismos de derechos humanos, entre plantas y árboles que le da un toque de color ante tanta memoria trágica de nuestro país.

Casino de Oficiales: el terror con todas las letras

A unos metros de distancia, el emblemático Casino de Oficiales en el extremo norte del predio de la ex ESMA, que fuera el lugar de alojamiento y comedor de la oficialidad de la Marina. Es una construcción de tres pisos, en los dos primeros se encontraban los dormitorios de la oficialidad mientras que en la planta baja se hospedaba el director de la ESMA, además de la cocina y de un espacioso salón central de ceremonias denominado “Salón Dorado”. Fue la sede del Grupo de Tareas, sitio de reclusión, tortura y exterminio de los detenidos-desaparecidos. En la planta baja se hallaba la recepción de los secuestrados del grupo, en tanto que en el tercer piso se los ubicaban en pequeños espacios con grilletes y encapuchados, y también había dormitorios para las embarazadas. Se lo conocía como Capucha.

En el altillo, el grupo de tareas depositaba todo lo que se robaba de las viviendas de los secuestrados, también lo utilizaba para alojarlos sin importar las durísimas condiciones infrahumanas. Se lo denominaba Capuchita. Un cartel indica que “fue el núcleo de la actividad represiva desde donde se llevó adelante el secuestro, reclusión, exterminio y desaparición de alrededor de 5.000 personas durante todo el período dictatorial. Aquí se implementó la tortura sistemática, la imposición de trabajo forzado a algunos secuestrados y el robo de bienes de la mayoría de ellos”. Agrega que “la ESMA conformó la vasta red de centros clandestinos de detención que incluyó la apropiación sistemática de niños nacidos en cautiverio como parte del accionar legal”.

A inicios de 2015, la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner inauguró una importante instalación, una propuesta museográfica del Espacio para la Memoria, sobre la base del trabajo de un equipo de curadores encabezados por Alejandra Naftal y Hernán Bisman, en un esfuerzo que aseguró la conservación edilicia del espacio por disposición de la Justicia Federal, permitiendo conocer el funcionamiento que tuvo mientras fue utilizado como centro clandestino de detención.

Siguiendo el recorrido histórico, la Playa de Estacionamiento y la Garita de Vigilancia. En la dictadura, entre el Casino de Oficiales y la garita había un cartel que indicaba “Acceso Restringido”, a partir de ese punto sólo el personal autorizado podía ingresar. “Una gruesa cadena de amarre naval fijada a un poste de cemento cruzaba la calle y era sujetada a la garita, ante la orden impartida desde el Casino de Oficiales, el guardia bajaba la cadena que cerraba el acceso y el auto pasaba sobre ella”.

A la Playa de Estacionamiento, que en 1976, se le construyó un muro de doble pared ubicado detrás de la garita de vigilancia con el fin de ocultar el movimiento de autos por parte del grupo de tareas, muchos de estos autos habían sido sustraídos a los detenidos-desaparecidos y modificados en el Taller de Automotores. En la actualidad, se levanta una instalación artística, la Carta Abierta de un escritor a la Junta Militar, en homenaje al escritor y periodista Rodolfo Walsh, secuestrado, desaparecido y asesinado durante la última dictadura, con la representación de la carta en vidrio y acero que se realizó a partir de una idea del artista plástico León Ferrari.

El frente de la ex ESMA

El ex Casino de Suboficiales se encuentra a metros de la Playa de Estacionamiento, era el edificio destinado como alojamiento y comedor del personal subalterno de la ex ESMA. Fue reacondicionado para ser sede del IPPDH (Instituto de Políticas Públicas en Derechos Humanos del Mercosur) y se ubica sobre la calle San Martín, arteria interna que corre en paralelo a la avenida Del Libertador. Del otro lado de la calle se presenta la Señalización externa del ex Centro Clandestino de Detención, Tortura y Exterminio “ESMA” que funcionó en el predio durante la última dictadura cívico-militar, en un sector de su cuidado jardín.

El monumento es una estructura de tres pilares con las palabras Memoria, Verdad y Justicia, hace mención a que allí funcionó un centro clandestino de detención, tortura y exterminio durante la dictadura cívico-militar que “asaltó los poderes del Estado desde el 24 de marzo de 1976 al 10 de diciembre de 1983″.  La señalización formó parte de los actos realizados en 2014 por los 10 años de la recuperación del predio y de la creación del Espacio para la Memoria y para la Promoción y Defensa de los Derechos Humanos, fruto del acuerdo suscripto entre los gobiernos de la Nación y la Ciudad durante las gestiones de Néstor Kirchner y Aníbal Ibarra respectivamente. Una placa recuerda que ese monumento se erigió con la participación de las Cooperativas del Programa Argentina Trabaja.

Metros más adelante el visitante camina por la misma calle en dirección a la entrada principal y visualiza a uno de los emblemáticos edificios de la ex ESMA, el Pabellón Central o Cuatro Columnas, inaugurado en 1928, donde funcionaban las aulas y gabinetes de enseñanza para los alumnos de la escuela. Fue sede del despacho del Director, contó con un anfiteatro y un gran patio cubierto para formaciones militares y recreos. En épocas de la dictadura, “muchos de estos estudiantes comandados por oficiales de la Armada fueron asignados a distintos operativos dentro y fuera del predio. Algunos conformaron las llamadas guardias rotativas que controlaban a los secuestrados dentro del Casino de Oficiales. Estos guardias fueron apodados verdes por los represores”, según reza el cartel indicativo. Actualmente es el Espacio para la Memoria sobre el Terrorismo de Estado, que funciona como espacio-museo con muestras permanentes sobre el Terrorismo de Estado. Es la sede del Ente Público Espacio Memoria.

La ex Plaza de Armas y su entorno

El circuito histórico continúa detrás de este edificio, donde se ubica el Patio o Plaza de Armas, que es una imponente plaza seca que fue escenario de formaciones y ceremonias militares hasta la recuperación del predio en 2004. Su nombre actual es Plaza de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y en su centro se levanta un mástil para el izamiento del Pabellón Nacional, que presidía todas las ceremonias de la Armada.

“En 1925 se iniciaron los trabajos de construcción de los edificios más significativos de la ex ESMA, todos ellos en torno de la Plaza de Honor conocida como Plaza de Armas que distribuye la mayor parte de las arterias de circulación del predio. Ellos son, además del Cuatro Columnas, el Bravo, Alfa y la ex Cocina y Comedor de la ESMA. Aquí, durante la dictadura, aterrizaron helicópteros con hombres y mujeres que los bajaban encapuchados para su traslado hasta el Casino de Oficiales, en medio de un importante dispositivo de custodia.

Cada una de las edificaciones cuenta con una detallada señalización, como en todo el predio de la ex Esma; también, las paredes lucen las fotos murales de detenidos-desaparecidos en ese centro de detención y muerte, como Beatriz Albores, Arturo Lewinger, Jorge Oscar Benítez y Angelito Benítez.

El ex Pabellón Alfa, al igual que su gemelo Bravo, fueron inaugurados en 1928. El ex Alfa estaba destinado como dormitorio de los alumnos recién ingresados. En la actualidad se lo denomina “30.000 Compañeros Presentes”, administrado por Familiares de Desaparecidos y Detenidos  por Razones Políticas para la promoción y defensa de los derechos humanos. También funciona el colectivo de organismos, Memoria Abierta. En tanto, el ex Bravo sirvió como alojamiento de los suboficiales, contaba con aulas y una Sala de Armas. Ahora se lo conoce como la Casa de Nuestros Hijos, la Vida y la Esperanza, a cargo de la Línea Fundadora de Madres de Plaza de Mayo para la formación de músicos populares bajo la dirección de la Fundación Música Esperanza que dirige el reconocido pianista Miguel Ángel Estrella.

La ex Cocina y Comedor tuvo a su cargo la alimentación de los soldados conscriptos, alumnos, personal civil y suboficiales de menor rango. En la dictadura, se le brindaba servicio de comida al personal afectado a la represión. A fines de 2015, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner inauguró las obras de preservación, puesta en valor y refuncionalización del edificio, ahora como sede de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación. Tiene una superficie de 6.011 metros cuadrados, con capacidad para 314 puestos de trabajo, sala de lectura, comedor, sala de reuniones, sala histórica, sala de grabación, sala de copiado y espacios comunes.

La ex Jefatura de Guardia, a metros de la Entrada Principal, fue la Guardia de la ESMA, asiento de los calabozos de la Marina y la central de comunicaciones. La UNESCO tiene su lugar en el edificio a través del CIPDH, Centro Internacional para la Promoción de los Derechos Humanos. En una de las paredes laterales, una inmensa foto mural recuerda a Jorge Julio López, ex secuestrado en la dictadura, testigo principal en el juicio al ex comisario Miguel Etchecolatz y desaparecido el 18 de septiembre de 2006, sin datos hasta el presente.

La Entrada o Acceso Principal, con un destacado cartel indicador del Centro Clandestino de Detención, Tortura y Exterminio ESMA, que indica que “sin abandonar las tareas educativas originales, desde 1976 a 1983, la totalidad del predio y el campo de deportes lindante estuvieron al servicio del terrorismo de Estado, constituyendo unos de los centros clandestinos de detención, tortura y exterminio más grandes del país”. Es el inicio y final del recorrido histórico por la Ex Esma.

Un poco de historia

El Espacio Memoria y Derechos Humanos ocupa el predio de 17 hectáreas  donde funcionaba la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA). Por un decreto del año 1924, el Concejo Deliberante de la Ciudad de Buenos Aires lo cedió al Ministerio de Marina para que fuera utilizado como centro de instrucción militar. En el texto se establecía que ante cualquier cambio en el destino de las instalaciones el predio debería regresar al poder de la Ciudad.

Ese mismo año, 1924, fue fundada la ESMA durante la presidencia de Marcelo T. de Alvear. El terreno fue ocupado con varios edificios: la Escuela de Mecánica, la Escuela de Guerra Naval y el Casino de Oficiales. Allí los estudiantes ingresaban a carreras como Electrónica, Aeronáutica, Mecánica Naval, Operación Técnica de Radio, Meteorología, Oceanografía, etc. Los alumnos se recibían de técnicos, con opción a seguir luego la carrera militar o ejercer su profesión en cualquier otro ámbito.

Tras el golpe cívico-militar de 1976, en esta sede militar educativa funcionó paralelamente uno de los centros clandestinos de detención, tortura y exterminio más emblemáticos de la última dictadura. Desde el edificio del Casino de Oficiales, se constituyó el temible Grupo de Tareas 3.3.2 (GT3.3.2), creado por el entonces almirante Emilio Massera, que ejecutó una acción terrorista que significó el secuestro y la desaparición forzada de alrededor de 5.000 personas. El resto de las instalaciones del predio de la ex ESMA se constituyeron en sostén del feroz aparato represivo.

Uno de los carteles de entrada al predio recuerda que “el 24 de marzo de 2004, al cumplirse el 28° aniversario del golpe, el Gobierno Nacional anunció la creación del Espacio Memoria y Derechos Humanos (ex ESMA). Luego de efectivizada la desocupación por parte de las Fuerzas Armadas, el 20 de noviembre de 2007 la Nación y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires firmaron el convenio de creación del Ente Público Interjurisdiccional Espacio para la Memoria y para la Promoción y Defensa de los Derechos Humanos que tiene a su cargo la administración del predio”. En 2014, mediante una ley del Congreso Nacional se aprobó la cesión de jurisdicción a la Nación del predio de la Ex Esma. Los edificios más emblemáticos del terror y el genocidio fueron declarados monumentos históricos por el gobierno de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner para que la memoria del pasado de horror sea preservada para las generaciones futuras, en un espacio donde la vida y el arte le ganaron la pulseada a la muerte.

Claudio Morales*

*Periodista. Corresponsal, Colaborador y Productor Periodístico de medios de comunicación argentinos y del exterior. Director fundador del Grupo Pasteur, primer colectivo multimedia cultural-educativo juvenil de la Argentina.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *