Las colonias de verano de la Ciudad recibieron una dura reprimenda de la Defensoría del Pueblo.

Es uno de los clásicos del verano, que año a año asoma con tibieza en los medios de comunicación, pero una vez que finaliza el período estival de vacaciones para los niños y las niñas de la Ciudad que concurren a las colonias de verano, las denuncias se diluyen en la nada de la nada, y sólo quedan los informes mientras se suceden los años calendario con funcionarios del macrismo que no se cansan de exaltar las bondades del servicio recreativo porteño que ofrece el Gobierno de la Ciudad a las familias con menores recursos. En la reina del Plata, las actividades recreativas del verano se iniciaron el viernes 2 y finalizaron el pasado 30 de enero, destinadas a menores de 4 a 12 años. Las colonias deportivas de verano 2015, dependientes de la Subsecretaría de Deportes del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, se implementaron en trece polideportivos porteños, el Club de Amigos, el Club Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires (GEBA) y la sede del Servicio Nacional de Rehabilitación. Unos 20 mil chicos de entre 4 y 12 años se anotaron este año en las colonias.

Una vez más se sucedieron las críticas y las denuncias que fueron giradas a la Defensoría del Pueblo de la Ciudad, cuya Subsecretaría de Deportes y Recreación Social se encargó de visitar cada una de las 16 sedes durante el mes de enero para evaluar el desarrollo de las actividades y observar el estado de la infraestructura existente. Además, integrantes de la Defensoría desplegaron una campaña destinada a difundir cuáles son los derechos que les asisten a las niñas y niños que allí concurrieron. Y, como sucede año a año, la Defensoría del Pueblo de la Ciudad emitió un informe en el que se detalló un exhaustivo relevamiento de las irregularidades encontradas en las colonias de verano.

En la primera parte del informe presentado por la Defensoría porteña se citó la situación precaria del personal que trabajó con los niños y niñas, «el personal de la subsecretaría pudo observar en su recorrida que tanto docentes como talleristas, que en la mayoría de los casos actúan también como docentes permanentes por la falta de personal, no tienen indumentaria identificatoria».

Respecto de los menores se señaló que «los colonos tampoco están provistos de identificación respecto de su grupo de pertenencia, lo que resulta de fundamental importancia principalmente para los niños mas pequeños, dado que en caso de circunstancial alejamiento del grupo o extravío resulta indispensable para poder ubicarlos y reconocerlos».

El caso de la certificación de aptitud médica fue observado seriamente por la Defensoría, «en cuanto a los aptos médicos de las niñas y niños, los cuales técnicamente son de carácter obligatorio, no siempre se encontraban en la sede donde deberían estar a disposición de los directivos y médicos a cargo de la colonia». Al respecto, Marcelo Achile, el responsable de la Subsecretaría de Deportes de la Defensoría declaró a la prensa que «de todas las irregularidades que hemos detectado, las que más nos preocuparon fueron las relacionadas a los exámenes médicos que el gobierno realizó a las niñas y niños en vistas de los Juegos Olímpicos de la Juventud Buenos Aires 2018″. Un punto sensible para la administración macrista teniendo en cuenta la profusa y costosa campaña publicitaria desplegada por el PRO a favor de la cita deportiva, pero al no tomar mayor repercusión mediática la denuncia quedó reducida a nivel de una simple tormenta de verano.

Para Achile, preocupado por las implicancias de las fallas detectadas, «el diagnóstico está enmarcado en una serie de mediciones que se realiza en una franja etaria de la población que asiste a las colonias y que busca una proyección estadística a 2018, con vistas a los Juegos Olímpicos juveniles que se realizarán en la Ciudad». En palabras del responsable del área de Deportes de la Defensoría, «en el fondo es una buena idea pero lo que no se puede hacer son análisis de la población juvenil con esos parámetros sin trabajarlo con los padres». Desde el lado de los funcionarios de la Ciudad, simplemente silencio de radio.

Claudio Morales

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