En la Ciudad, las clases comenzaron con una masiva huelga y el reclamo por la falta de vacantes

nota educacionEl inicio del ciclo lectivo 2014 en el territorio porteño se vio empañado por una medida de fuerza de dos días, convocada por todos los gremios docentes en demanda de un incremento de sus haberes y el rechazo total al sistema de inscripción online. Con excesiva lentitud se cubren las vacantes aunque persisten numerosos reclamos de padres. Abierto rechazo judicial a la instalación de aulas container o modulares puso en aprietos al macrismo. La Legislatura no pudo interpelar al ministro de Educación, Esteban Bullrich, ante el rechazo del PRO y de diputados de UNEN. Los medios monopólicos continuaron con un llamativo silencio informativo.

 

Un masivo paro docente convocado por los 17 gremios que los agrupan en la Ciudad los días 5 y 6 marzo, coincidió con la medida de fuerza a nivel nacional por 48 horas que se dio ante la falta de acuerdo en la paritaria nacional, entre la cartera educativa de la Nación y los cinco sindicatos docentes nacionales. Tras cuatro encuentros de negociaciones entabladas por las máximas autoridades del GCBA con representantes de todos los sindicatos porteños, los rostros de los gremialistas anticipaban algo que ya se daba por cantado, la convocatoria a medidas de fuerza.

 

Si bien desde el GCBA se esmeraron en mejorar la oferta salarial inicial del 25 por ciento en dos partes, la nueva propuesta presentada por Bullrich ascendía al 31 por ciento en dos tramos. El salario inicial de un docente llegaría a 5.050 pesos con el sueldo de marzo a cobrarse en abril (el actual es de 4.100), y alcanzaría el monto de 6.050 pesos con el sueldo de agosto -en los bolsillos de los docentes en el mes de septiembre-.

 

Los gremios coincidieron en expresar la desaprobación frente a los plazos tan amplios, de hecho, reclamaron un aumento efectivo dentro del primer semestre y efectivo con el sueldo de febrero. A pesar del desacuerdo sindical, se firmó un acta de propuesta que garantizaría un mayor porcentaje de aumento para los docentes de menor antigüedad, y se convocaría a nueva reunión de la mesa de negociación salarial mediante una cláusula de monitoreo. Las partes se comprometerían a llevar adelante un seguimiento de los índices de costo de vida durante la vigencia del convenio. También, se analizaría una bonificación especial destinada a los docentes en condiciones de jubilarse en los próximos meses.

 

Desde el sector sindical mayoritario, UTE-CTERA, el secretario de prensa Mariano De Negri afirmó “si bien estamos de acuerdo con la pauta de incremento, se rechaza porque los plazos son muy extensos, además no puede dejar de mencionarse en el acta el conflicto por la falta de vacantes originado por el sistema de inscripción online”. Manuel Gutiérrez, integrante de ADEMYS, expresó que “nosotros no lo vamos a aceptar, habíamos dicho que no queríamos cuotas; en un proceso inflacionario en cualquier parte del mundo hablar de cuotas es muy difícil de digerir por parte de los docentes, por que vamos a ir al paro y a una movilización conjuntamente con ATE”.

 

Para UDA-Capital, la oferta salarial resultó insuficiente y la consideraron discriminatoria hacia los docentes de la escuela media y superior. Gustavo Frutto le dijo a este cronista que “el incremento es de entre 25 y 31 por ciento, de acuerdo con el cargo o cantidad de horas cátedra que se poseía y se otorgaría en dos etapas”. Acotó que “hay cargos que van a cobrar un porcentaje muy inferior a otros, sobre todo aquellos que trabajan más de 35 horas cátedra y los que tienen más de dos cargos”. Dejó una síntesis por demás ilustrativa, “a más horas es menor el porcentaje”.

 

Los referentes sindicales de la docencia porteña coincidieron en un rotundo rechazo al cuestionado sistema de inscripción online y la protesta por la falta de vacantes.

 

Vacantes difíciles de alcanzar

 

La Rayuela conversó con el secretario general adjunto de UTE-CTERA, Guillermo Parodi, “hay padres que hoy no saben si sus hijos están o no inscriptos. El viernes 28 de febrero mandaron a las escuelas el tercer listado de alumnos diferente en el plazo de diez días, cada uno de los que llegó anuló al anterior; a algunas familias no les trajo problemas, a otras sí, algunas aparecían en un listado, no aparecían en el siguiente y no saben qué pasará con ellos el miércoles 5 de marzo. Es insólito que el mismo día que empiezan las clases tengan que ir a la escuela a ver si está la vacante, si no se la sacaron, a dónde tiene que ir tanto si la tiene como si no”.

 

En efecto, durante las discusiones por paritarias los sindicatos pretendieron discutir con las autoridades educativas la fallida inscripción online y el tema de la carencia de vacantes. Desde UTE afirmaron que “planteamos que el Ministerio de Educación reconozca el error, que habilite a supervisores y directivos para solucionar los problemas, y que la suspendan para 2015; pero, no toman nuestro pedido, no se entiende por qué, pareciera que direccionan la matrícula hacia la escuela privada”.

 

Esteban Bullrich, en diálogo con radio Vorterix sostuvo que “definitivamente el año que viene volveremos a utilizar el sistema online de inscripciones haciendo las correcciones que tenemos que hacer, porque se puede mejorar, creo que sin lugar a dudas es una muy buena herramienta para nosotros”. Aseveró que “el sistema le facilitó el acceso a mucha gente, de hecho creció la matrícula”. Guillermo Parodi, de UTE, le contestó a Bullrich en forma tajante, “vamos a hacer paro dos días porque este tema no lo han solucionado y lo que va a pasar es que si sigue así van a continuar los conflictos con las familias; tenemos el caso de 60 familias que, por falta de acceso a Internet se anotaron en la escuela”. Acotó que “desde la escuela se remitió la información al Ministerio de Educación, pero esas familias no aparecieron en los listados que después mandó el ministerio; se suponía que el ministerio iba a cargar esos datos, entonces, en esa escuela sólo hay 90 inscriptos para 140 vacantes y 60 familias que inscribieron a sus chicos pero no aparecen ahí”.

 

Aunque para el macrismo el tema de las vacantes es caso del pasado, desde UTE se informó que de 12.000 vacantes que faltaban, hay unas 7.000 que no tendrán solución posible, pues corresponde a chicos de 45 días a 3 años por la falta de establecimientos apropiados. Frente al inicio del ciclo lectivo, enmarcado con una importante huelga de 48 horas de los trabajadores de la educación, quedó al desnudo el “exitoso” sistema de inscripción online implementado por el PRO este año en reemplazo de la tradicional inscripción manual donde los padres concurrían a las escuelas y colegios elegidos para sus hijos. De hecho, el ministro de Educación Bullrich autorizó a los supervisores escolares a llevar adelante la asignación de vacantes caso por caso, lo que significaría que en forma cuasi inhumana tuvieran que comunicarse con los directores de cada escuela. Centenares de familias recorrieron los barrios para encontrar una escuela para sus hijos colapsando las supervisiones escolares, en particular, las de los distritos escolares de la zona sur de la Ciudad.

 

En el sitio web de UTE se difundió que “los supervisores y docentes tuvieron que acompañar a las familias que no tenían su vacante o la tenían en barrios alejados de las escuelas solicitadas”. Prosiguió el comunicado, “en la zona sur hubo un alto nivel de falta de vacantes, por ejemplo, en el distrito 19 (Pompeya y Villa Soldati) se entregaron números para atender reclamos de vacantes por parte de los padres”. Se sostuvo en la nota que “en el norte hay grados con peligro de cierre: 4 ó 5 chicos por sección; ha ocurrido que niños y niñas sin vacante luego de múltiples reclamos se inscribieron en escuelas privadas, al asignárseles finalmente la vacante prefirieron quedarse en la privada. Esto significó que en algunas escuelas se puede perder el 50 por ciento de las matrículas”.

 

Desde UTE y ADEMYS se denunció insistentemente que el Gobierno de la Ciudad implementaba este sistema en parte para desviar la matrícula al sector privado. Por otro lado, los gremialistas constataron que sigue habiendo vacantes mal asignadas en barrios lejanos de los domicilios de las familias o vacantes con hermanos anotados en escuelas diferentes, el porcentaje cercano al 30 por ciento. En el texto publicado en el portal de UTE se señaló que “en escuelas normales los directivos no tienen acceso a los datos, como el Normal 11 que a pesar de tener vacantes no puede concedérselas a 11 chicos que la reclaman”.

 

Tampoco los supervisores de educación inicial tuvieron acceso a las listas de espera. Finalmente, en la comunicación se afirmó que “hay padres que renuncian a las vacantes otorgadas por estar muy lejos de su domicilio y hubo padres haciendo cola en las supervisiones de inicial desde la madrugada; muchos casos se resolvieron gracias a la voluntad y conocimiento de los supervisores y directores pero muchos quedan sin resolverse por falta de lugares adecuados”.

 

Supervisores escolares en alerta

 

La Rayuela accedió a una carta difundida por los supervisores del distrito 19, en la zona sur de la metrópoli, “la presente es para manifestar nuestro profundo dolor ante la situación de varios supervisores de la Ciudad y muchos directores de inicial y primaria de este distrito con años de experiencia en estos temas de inscripción”. Como pocas veces se vio en el sistema público porteño, los supervisores expresaron a la comunidad que “advertimos con mucho respeto y profesionalismo a las autoridades ministeriales de lo que podría llegar a suceder y así está sucediendo. Vemos desfilar a decenas de familias peregrinando en busca de una vacante para sus hijos, con el agravante de que varios de ellos no tienen acceso ni siquiera a recibir un mail de confirmación y en algunos casos hasta tienen que abonar en los locutorios oportunistas una suma considerable para obtener algún correo apócrifo”.

 

Los supervisores interrogaron a los funcionarios del macrismo, “¿Alguien habrá pensado en la gente de la 1-11-14, del Barrio Ramón Carrillo, Fátima, Corrales, la Verdita, los Pinos y tantos otros asentamientos existentes en esas zonas de la Ciudad que ni siquiera figuran en los catastros? Son también vecinos… ”. El texto prosiguió con una descripción de las dificultades sorteadas, “por más buena voluntad que tengamos, se están creando situaciones de mucho riesgo, aún más cuando en el día de la fecha las familias esperaron desde las 6 de la mañana a los responsables de la inscripción online que llegaron recién a las 12, luego de varios llamados a las Direcciones de Área y algunos funcionarios que no atendían el teléfono”.

 

En la misiva se detalló la labor encarada desde la supervisión del distrito 19, “sacamos un escritorio a la vereda para poder contener a esas familias angustiadas; los padres, ante la desesperación, nos insultan y nos piden explicaciones que no podemos ofrecerles”. Sonó desgarradora la frase pronunciada por los supervisores, “quedamos sin defensas, sin autoridad ante esto y desprotegidos totalmente”. El llamamiento docente continuó con una dramática sentencia, “esta situación nos enfrenta ante las familias desesperadas por las vacantes de los niños; hacemos como siempre, todo lo que esté dentro de nuestras posibilidades pero no podemos inventar vacantes y accionar sobre un sistema de gestión online que nos está vedado”.

 

Padres y docentes se ayudaron para conseguir vacantes en las escuelas ante la falta de apoyo del Gobierno de la Ciudad, hicieron un relevamiento con la participación de UTE-CTERA y encontraron  que, al menos, 46 establecimientos educativos del norte y oeste capitalino presentaban numerosos lugares libres frente a condiciones de hacinamiento que se repetía en la mayoría de las escuelas y colegios de la zona sur, con aulas abarrotadas de pibes. Los distritos escolares 7 (Caballito, Paternal y Villa Crespo) y 14 (Chacarita, Villa Ortúzar, Agronomía, Paternal y Villa del Parque) tenían respectivamente 6 y 10 establecimientos con vacantes. Casos llamativos como el de la Escuela 4 del distrito 3, con sólo dos alumnos anotados, ó el 1º grado plurilingüe de jornada completa de la escuela 11, con aulas casi vacías. Así podrían citarse numerosos ejemplos de escuelas con grados que presentaban bancos vacíos -a pesar de la cerrada negativa de las autoridades educativas porteñas-, quienes en todo momento y a coro sostenían “que todas las vacantes ya estaban cubiertas”.

 

Así, algunas escuelas presentaban falta de vacantes, con el temor a la vuelta del cierre de cursos si no alcanzaban a cubrir un mínimo de 15 lugares -tal como ocurrió en 2012 con una medida firmada por Max Gulmanelli, director general de Educación de Gestión Estatal-. En la totalidad de escuelas de los barrios del sur capitalino podía observarse una superpoblación en las aulas, una febril labor de padres y docentes por difundir entre las familias los listados de escuelas con disponibilidades, a contrarreloj del comienzo de clases, era la muestra más plausible del fracaso del sistema de inscripción online impuesto por el macrismo, pese a la sostenida advertencia de la comunidad escolar que no fue escuchada por el juez Osvaldo Otheguy, quien le dio el visto bueno a las autoridades porteñas. Su señoría no escuchó las razones que sindicalistas, la Defensoría y el Asesor Tutelar le hicieran llegar en octubre del año pasado, aunque la dura realidad de millares de chicos sin vacantes se le volvió en contra y prácticamente lo obligó a intimar al GCBA, con una lentitud más que llamativa. Y todavía más llamativo fue el virtual silencio mediático desde los principales diarios, radios y canales de TV que prácticamente ignoraron el tema.

 

Por si fuera poco el descontrol en el área educativa porteña, padres y docentes salieron en búsqueda de propiedades y espacios públicos pertenecientes al GCBA en estado de abandono y que podrían emplearse como aulas, en lugar de la instalación de las aulas container y de las aulas pasillo. Tal el caso del inmueble de la calle Manuel García 370, en el barrio de Parque Patricios, allí  donde funcionó una escuela hasta 2009 y que fue ocupado por padres y docentes para ser refaccionado ante el calamitoso estado, con tareas de arreglo y limpieza, y el reclamo a la cartera educativa de la Ciudad para que se hiciera cargo de las obras y lo reasignara para fines educativos. Curioso caso para un edificio que podría ser utilizado como un jardín para alrededor de 200 niños del barrio, por ejemplo, y que a pesar del ruinoso estado todavía figura en la nómina oficial de establecimientos educativos que puede consultarse desde el sitio web del GCBA, como escuela de jornada completa para alumnos de primaria.

 

En ese edificio funcionó hasta 2009, con patio cubierto y dos al aire libre, 10 aulas distribuidas en la planta baja y en el primer piso, un jardín de infantes dependiente del hospital Penna y una escuela media de formación ocupacional, y la Escuela 27 mientras arreglaban su edificio, hasta que fue cerrado definitivamente.

 

Dirigentes de UTE-CTERA comentaron a este cronista que el edificio será señalizado como “inmueble ocioso del GCBA”, como parte de una campaña para la visibilización de casi 8.000 espacios públicos no utilizados y que muchos de ellos podrían ser reutilizados para el sistema educativo en lugar de las aulas contenedores y de las aulas “durlock”, instaladas a un costo de 26.650.000 de pesos, precarias y con graves falencias de seguridad.

 

A contramano

 

En el discurso de apertura de sesiones ordinarias de la Legislatura de la Ciudad, el jefe de  Gobierno Mauricio Macri se refirió al cuestionado sistema de inscripción online, “este sistema moderno se va a ir perfeccionando año tras año”. Acotó que “nos mostró dónde estamos parados y hacia dónde tenemos que ir”. Remató su exposición con una frase irritante, “este procedimiento sirvió para sacar a la luz problemas que ya existían”. Para finalizar, en su incípido discurso ante los legisladores, Macri pidió “no politizar la educación” y “asumir este tema como una política de Estado”.

 

Elípticamente se refirió al rechazo generalizado a la instalación de aulas container o contenedores, “es uno de los grandes desafíos, una política de Estado”. Para el líder del PRO, la educación “es prioridad absoluta” en su gestión. Duro con los críticos y las críticas, afirmó “no hagamos a nuestros hijos esclavos de nuestros miedos y ambiciones cortoplacistas”. Las reacciones no tardaron en llegar. Jorge Taiana, legislador del FPV señaló que “nada dijo de la Buenos Aires sumergida que vive en condiciones muy deficitarias de vivienda, salud y educación”. Legisladores de la Coalición Cívica en UNEN suscribieron un duro comunicado, “Macri esconde las enormes carencias sobre educación y salud, su autocrítica fue nula”. En ese texto crítico se dijo que “hace mención a las escuelas con techos verdes pero no dijo una palabra sobre las aulas container, el de Macri fue un discurso de campaña presidencial en el que nada se dijo de las políticas para la Ciudad en 2014”.

 

José Luis Campagnoli, legislador de Nuevo Encuentro, manifestó que “lejos de abordar el grave problema que atraviesa la educación pública, optó por destacar el sistema de inscripción online, que ha fracasado a todas luces; no se da cuenta o se hace el distraído, pero el inicio del ciclo lectivo será caótico por el descalabro que ellos mismos han generado en el sistema público de educación de la Ciudad”. Susana Rinaldi, legisladora del Frente Progresista y Popular dijo a la prensa en relación a la frase de Macri, “la Ciudad va a tener contenedores más modernos y más limpios”, que tuvo una sensación extraña y se preguntó, “no sabía si hablaba de basura o de infraestructura escolar”.

 

Un día antes de la inauguración del año legislativo en la Ciudad, la Legislatura se reunió en sesión extraordinaria convocada por el conjunto del arco opositor porteño para exigir la presencia del ministro de Educación, Esteban Bullrich, para dar las explicaciones por la implementación del cuestionado sistema de inscripción online y la construcción de aulas container denominadas “aulas modulares”. A pesar del clima caldeado, por momentos, con exposiciones de legisladores opositores que pugnaban por la interpelación a Bullrich. Con 59 legisladores presentes, sólo 32 votaron a favor de la interpelación y 27 por la negativa, no alcanzándose el piso necesario para archivarse la posibilidad de sentar en el recinto al máximo responsable de la cartera educativa porteña.

 

El legislador Campagnoli, de Nuevo Encuentro, expresó que “en 2008 se destinaron 285 millones en infraestructura y en 2009, 188 millones”. Trajo a la memoria uno de los puntos más criticados de su gestión, “cerró 221 grados y ahora tiene que comprar 39 aulas container”. La macrista Victoria Morales Gorleri señaló que “fue necesario mucho coraje al momento de decidir transparentar la demanda de nuestra comunidad educativa con la inscripción online”. Otra legisladora del oficialista PRO defendió a las aulas container, dijo que este sistema había sido utilizado con éxito por el gobierno nacional en la construcción de un hospital en las cercanías de un aeropuerto. Vagos conceptos que inmediatamente fueron retrucados por el legislador Gabriel Fucks (FPV) y ex titular de Cascos Blancos, “ese aeropuerto queda en Puerto Príncipe, Haití, donde se instaló un hospital para atender una situación de emergencia”.

 

Contundente en sus aseveraciones, Pablo Ferreira (Izquierda Popular), manifestó que “la falta de vacantes no se debe a falta de recursos sino a una discusión política, para este año el PRO destina un 2 por ciento del presupuesto educativo a infraestructura, mientras que a la educación privada asigna un 16 por ciento, en 2013 ejecutó sólo el 30 por ciento de lo que se había aprobado”. Su colega del FPV, María Rosa Muiños habló sobre las aulas modulares y los motivos de su construcción, “cuestan 600 mil pesos para una superficie de 45 metros cuadrados, cuando utilizando el sistema de construcción tradicional costaría 350 mil”. Y sobre la matrícula devolvió los argumentos del macrismo con una crítica, “en 2008 era de 46.000 niños, con 6.400 en lista de espera, mientras que en 2013 fueron 48.900, con 6.700 en lista de espera; este año, la lista de espera al 26 de febrero es de 9.691 niños”. Lorena Pokoik, del FPV, dio una síntesis de lo ocurrido en la sesión, “la Legislatura no estuvo a la altura de las circunstancias”.

 

Retumban las palabras expresadas por los supervisores escolares autoconvocados en el ex Centro de Detención Olimpo, “lo más preocupante es que muchas familias van a enterarse de que no tienen vacantes el primer día de clases cuando con toda la ilusión concurran a las escuelas y no aparezcan en las listas de ingresantes”. Con el inicio de las clases crece la responsabilidad de los funcionarios públicos porteños ante una evidencia que no pudo ser rebatida: el cuestionado sistema de inscripción online que dejó afuera de las aulas de las escuelas públicas de la Ciudad a miles de niños y niñas, con la bendición de la Justicia. Cuando las protestas de padres y docentes arreciaron en la metrópoli, los medios masivos de comunicación más importantes sacaron a esta problemática de la agenda noticiosa, lo que le dio aire al Gobierno de la Ciudad para esquivar las críticas y para invisibilizar un conflicto que hubiera dañado seriamente la imagen de Mauricio Macri y de su fuerza política, el PRO, de cara a las presidenciales del 2015 que tanto los obsesiona.

 

Sólo los medios de prensa alternativos como La Rayuela fueron los únicos espacios informativos que salieron a dar la batalla por el derecho a la información de la ciudadanía, para que ningún porteño se quedara sin la posibilidad de enterarse de lo que sucedía en la educación pública capitalina. De todas maneras, quedó al descubierto la falta de inversión en el área educativa que debió emparcharse con la instalación de aulas container -defendidas como si se tratara de un logro de gestión-, que dos jueces como Elena Liberatori y Roberto Gallardo salieron a cruzar con argumentos jurídicos y de sentido común. La comunidad escolar, que repudió a viva voz la colocación de aulas precarias, demanda soluciones de fondo, pero la negativa al debate sumada a la carencia de autocríticas y la falta de soluciones efectivas para que ningún niño se quede sin vacante en la escuela pública de la Ciudad dejaron al desnudo una realidad que no pudo taparse con las manos. Tanto el discurso de bajo vuelo del jefe de Gobierno Mauricio Macri en las sesión inaugural de la Legislatura como la frustrada interpelación al titular de la cartera educativa local, Esteban Bullrich, dejaron en claro que -hoy por hoy- sólo parece ser la Justicia la única que podría velar por la defensa de los intereses de niños y adolescentes, cuya voz no es tenida en cuenta.

 

Claudio Morales*

 

*Periodista. Corresponsal, Colaborador y Productor Periodístico de medios de comunicación argentinos y del exterior. Director fundador del Grupo Pasteur, primer colectivo multimedia cultural-educativo juvenil de la Argentina.

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