Amadeo Carrizo: El inventor del puesto de arquero

En la madrugada del pasado viernes 20 de marzo, falleció el ex deportista, víctima de una penosa enfermedad. Había nacido en 1926, en la ciudad santafecina de Rufino. Residente de Villa Devoto, Don Amadeo conversó con La Rayuela en 2012 en un bar de la zona en una charla para los medios locales con motivo de su cumpleaños 85. Recuerdos, anécdotas y vivencias de una gloria del arco de River Plate por 23 temporadas. Pasó por Millonarios de Colombia y se retiró en 1970. Defendió la valla de la Selección.

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iego Armando Maradona, otro vecino ilustre del barrio escribió en las redes sociales, “maestro, fui vecino suyo y un confeso admirador de sus hazañas… Don Amadeo Carrizo, una verdadera leyenda del fútbol argentino”. Simples y sencillas las palabras del mejor jugador del fútbol argentino de todos los tiempos en una despedida que pone en relieve la figura del arquero leyenda de nuestro fútbol que a la edad de 93 años falleció tras pelearle a una penosa enfermedad.

 

Corría el año 2012, La Rayuela pudo ser testigo de un momento histórico para el ejercicio de la profesión periodística cuando la silueta de Amadeo Carrizo asomó en la entrada del bar. Un respetuoso silencio acompañó el ingreso del ex deportista que defendió el arco de River como nadie en toda su historia. Y, le siguió un cerrado aplauso hasta el momento en que se acomodó en uno de los sectores del tradicional Bar De La Plaza, situado frente a la plaza principal del barrio que lo tuvo como uno de sus personajes más famosos.

 

Era un evento organizado por la Comuna 11 con motivo del cumpleaños 85, donde los principales medios periodísticos de Villa Devoto estuvieron mano a mano con el mejor arquero del fútbol argentino en toda su historia. Amadeo contestó las preguntas haciendo gala de grandes reflejos, en algunos casos como en sus mejores tiempos de deportista atajando los centros y en otros casos dando respuestas como si se tratara de golpes de puño a la pelota para que ésta saliera del campo de juego, aunque no fuera ni un recurso ni un estilo del agrado del legendario guardameta.

 

La primera y la más difícil de las preguntas, ¿cómo ve la situación de River Plate en este momento? Carrizo no le esquivó a la pregunta, como en los tiempos en que atajaba todas las pelotas, «la situación de River… ha sido muy triste lo que pasó de que esté jugando en el descenso (Nacional B), ha sido para mí muy grave, pero confío plenamente en que mejoró el equipo». Duro con la dirigencia de ese entonces, tampoco eludió el centro que le mandó el periodista. E hizo saber de su mala relación con la directiva del club de ese entonces que encabezaba el ex jugador del club y de la Selección Nacional, Daniel Passarella, «nooooo, sin palabras, sin palabras, estamos medios… ahí…». En un paralelo con su conflictiva salida del club en 1968, se refirió a la situación planteada con uno de los jugadores históricos de River y se interrogó, “¿al Beto Alonso no me lo echaron del club?

 

El director de La Rayuela, Diego Losada, le consultó acerca del poco cuidado de la institución de Núñez con algunas de sus máximas figuras históricas, y el guante lo recogió Amadeo Carrizo con toda seguridad, «posiblemente porque el presidente ha sido jugador, jugador internacional, reconocido, posiblemente sienta -tal vez- que no sigue siendo él la máxima, en cambio es distinto lo que fue un gran presidente que tuvimos que fue Antonio Liberti. Fue el presidente de River». Prosiguió con el recuerdo de la figura institucional de su ex club, quien lleva el nombre del Estadio Monumental, «fue el presidente de River, él junto a Bernabé Ferreyra -que soy al igual que él del pueblo de Rufino (provincia de Santa Fe)-, hizo grande a River. De avenida Alvear y Tagle con la cancha de madera compró los terrenos de la actualidad, y se lo criticaron, le dijeron no Antonio, el río se viene para acá… difícil hacer el estadio». Comentó que con el dinero de la transferencia de Bernabé Ferreyra hicieron ese Estadio Monumental. Fue para mí el único presidente de gran valor que tuvo River. Ojalá volviera alguien así». Y acotó con énfasis, «y entendía de fútbol, daba su opinión, es más, me parece que hasta a los técnicos les decía algo».

 

Acotó sobre la figura de Liberti en una clara crítica al oficialismo partidario en otro pasaje de la charla, frente a la tragedia dirigencial que sobrevoló por la institución de Núñez. Amadeo nos dejó una historia sobre la muerte del recordado presidente de River, Antonio Liberti, «Liberti murió pobre, tuvieron que hacerle una colecta para pagar el velorio, me lo contó gente grande muy allegada a él, murió pobre». Se le pidió una impresión acerca de las últimas y cuestionadas dirigencias del club, y su mirada fuerte, rostro serio y adusto, valió más que mil palabras.

 

Si había una temática que a Carrizo le apasionaba conversar era sobre el nivel de los arqueros en el mundo del fútbol actual, y lo hacía con la pasión, las ganas y la sabiduría de un viejo maestro. Este cronista le consultó sobre el nivel de los arqueros en el fútbol actual, a lo que se refirió muy extensamente, «el nivel es… bien, mal y regular juegan así, sobresale hoy y es figura fenomenal, al otro partido ya no… lo veo así». Trató de desmenuzar los motivos de semejante irregularidad con todos los periodistas presentes de los periódicos La Rayuela y de Devoto Magazine, y de Radio Pasteur, «no sé, creo que no se enseña… además, se nace jugador de fútbol, de chiquito me tiraba para acá y para allá -me contaba mi papá-«.

 

Amadeo Carrizo fue un innovador en el puesto de arquero en las décadas del 40, 50 y 60 en que jugó. Este cronista recuerda esa historia de vida que impactó, «lo fui haciendo sin darme cuenta, era posiblemente porque de chico no sólo me inclinó el arco sino también me gustaba tener la destreza de jugador de campo, de pegar a la pelota, hacer una gambeta, de hacer un pase, todo eso le hace bien al arquero para juntar más virtudes, más técnica, más confianza de salir del arco a cortar una jugada, intuir, adivinar lo que va a hacer el contrario porque tenés que adivinar algunas veces lo que va a hacer el rival que viene con la idea de meter una pared rápida o en pase en profundidad, el arquero tiene que estar viendo, adivinando un poco eso. Y otros, como ahora se quedan, y les hacen los goles…».

 

Comparaciones, nombres de figuras, esas cuestiones que a la prensa y al periodismo les apasiona, aunque en general carezcan de sentido y en muchos casos hasta absurdas. Los periodistas le reclamaron por nombres de arqueros que le impresionaron en el tiempo, y las figuras de Hugo Orlando Gatti, Ubaldo Matildo Fillol, Antonio Roma. De Gatti expresó, «Hugo fue un gran arquero en el juego del anticipo, estuvo como cinco años como suplente mío». Acotó, «es una innovación que hizo el arquero, está el arquero ataja pelotas, que es espectacular y llama la atención -llama la atención al que no sabe mucho, al hincha que ve esa volada, cuando menos atajes mucho mejor, ¿cómo lo impedís? Y, saliendo y cortando las jugadas, pero eso no llama la atención». Amadeo se dio el lujo de hacer una caracterización de los guardametas en la actualidad, «son puñeteros, a mí el arquero que puñetea no me gusta mucho, cuando viene el centro hay que ir con la idea de agarrar la pelota porque ahí termina la jugada, con el puñetazo no termina la jugada y puede venir el gol».

 

En el cierre de la conversación con los medios locales, este cronista le pidió que hiciera una referencia al rival futbolístico de toda la vida, «el recuerdo que tengo cuando por primera vez le ganamos a Boca en la cancha de Boca, en el año 1948, me acuerdo porque era la primera vez que River ganaba en la cancha de Boca. Y el último partido que jugué contra Boca fue aquel famoso partido de la tragedia de la Puerta 12 -donde murieron 72 espectadores en lo que se conoce como la mayor tragedia del fútbol argentino-, atajé muy bien, salimos 0 a 0, fue un recuerdo muy grato.

 

Como sucede en toda entrevista, lo que no se graba en una charla suele resultar valioso y enriquecedor, y le sirve al periodista para ilustrar sobre la figura del entrevistado. La modestia de un grande es la síntesis que pudo sacar el cronista tras un breve intercambio de palabras. Pretendió sacarle alguna definición que le sirviera de título de la nota acerca de la relación que tenía con otro grande del arco argentino y contemporáneo de Carrizo, el arquero boquense Antonio Roma. «Pibe, ese era un grande, un arquerazo, nos enfrentamos muchas veces, pero siempre nos tuvimos un gran respeto, una admiración mutua. Él era mejor». La sonrisa cómplice y el saludo afectuoso en la despedida. Era un encuentro en el que festejaba sus 85 años. La nota de ese entonces concluyó con la siguiente frase de cierre, «Amadeo Carrizo ostenta el reconocimiento unánime de todos los aficionados del fútbol argentino, y eso no es poco en un medio muchas veces ingrato con sus máximas figuras». Amadeo Carrizo ya es una de leyendas del fútbol argentino, y pasó por las páginas de La Rayuela.

 

Claudio Morales*

 

*Periodista. Corresponsal, Colaborador y Productor Periodístico de medios de comunicación argentinos y del exterior. Director fundador del Grupo Pasteur, primer colectivo multimedia cultural-educativo juvenil de la Argentina.

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