La Ciudad de Buenos Aires tiene dos nuevos símbolos naturales

Con fecha 7 de diciembre de 2017, la Legislatura Porteña declaró a estas dos especies “símbolos naturales”: la orquídea ribereña o del talar y la mariposa bandera argentina o panambí-morotí.

En la opinión de esta Institución, la declaración de ambas especies como flor simbólica y como mariposa simbólica de la Ciudad de Buenos Aires, orientan y enfocan la atención de los ciudadanos y de los decisores sobre la conservación de los hábitats que ambas necesitan, la significación de la biodiversidad y la importancia de cada eslabón en la cadena de la vida.

El espacio donde se asienta hoy la ciudad de Buenos Aires fue en el pasado un mosaico de pastizales, lagunas, bañados y arroyos de la ecorregión Pampas. Pero todos estos ecosistemas silvestres fueron transformándose progresivamente con el crecimiento urbano, provocando su desaparición en casi la totalidad del territorio de la ciudad. Sin embargo, en las áreas protegidas como son las reservas ecológicas, los ciudadanos pueden reconocer muestrarios de sus paisajes originales, gracias a un manejo que pondera su restauración ambiental para desarrollar programas de educación, de investigación y de conservación. Esta es la forma más eficaz para potenciar los beneficios de los espacios verdes para mejorar la calidad de vida urbana y consolidar la estructura ecológica de la Ciudad.

La Chloraea membranácea (orquídea de los talares) es una orquídea terrestre nativa de Uruguay, Argentina y Brasil. En nuestro país, habita en Buenos Aires, Entre Ríos, Corrientes y Santa Fe. Crece en campos húmedos sombreados, interior de selvas marginales y bosques higrófilos, bosques bajos de talas y praderas mesófitas, pero a veces puede observarse en espacios verdes urbanos donde crece espontáneamente, aunque el paso de las cortadoras de césped no la discrimina, impidiendo su floración.

En el caso de la mariposa Morpho epistrophus argentinus (bandera argentina), la especie podría haber llegado a Buenos Aires desde la costa norte de los ríos Paraná y Uruguay, trasportadas por camalotales durante las crecidas, ya que es en las barrancas ribereñas donde abundaban los coronillos (Scutia buxifolia), especie arbustiva de la que se alimenta. A partir de entonces se aclimató a latitudes más australes del Delta del Paraná y los talares bonaerenses, hasta la zona de la laguna Salada Grande, en el partido de Gral. Madariaga.

La pérdida de los coronillos por urbanización ha influido en la desaparición de la mariposa en ámbito urbano. En 1910 era todavía frecuente encontrar Morpho en los Bosques de Palermo, en las riberas de San Isidro y barrancas de Martínez, pero con la destrucción de los coronillos, desapareció también la mariposa.

Así, la orquídea ribereña vive bajo la sombra del talar, el bosque que conforman el tala. Este bosque de barranca es acompañado por otras especies de gran desarrollo como el ombú, la sombra de toro, el chañar, el algarrobo blanco, el molle y el coronillo. Y este último es una de las principales plantas hospedadoras de la mariposa bandera argentina. De esta manera, distintas especies de un mismo ecosistema entrelazan relaciones y mantienen una armonía o equilibrio.

 

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