Los monumentos errabundos

En su sesión del 4 de este mes, la Legislatura de la Ciudad Autónoma aprobó en primera lectura la iniciativa que dispone el traslado de los monumentos a Juan de Garay y a Juana Azurduy, y la modificación de la traza de la avenida La Rábida y otras, para permitir la realización de la obra vial y paisajística denominada Paseo del Bajo.

Así, el monumento al fundador de la ciudad solo se correrá  entre 25 y 30 metros, dentro del espacio verde en que actualmente se encuentra, sobre el flanco derecho de la Casa Rosada, hasta el otro lado del retoño del Árbol de Guernica. Según se informó, se trata de permitir la construcción de un nuevo helipuerto presidencial, más próximo a la sede gubernamental.

En cambio, el grupo escultórico consagrado a Azurduy, que hoy ocupa el lugar del Parque Colón donde estaba emplazado el monumento al descubridor de América, será ubicado en la plaza que está frente al edificio del Correo Central, donde hoy funciona el Centro Cultural Kirchner.

La iniciativa correspondiente provino del Gobierno de la Ciudad y, con el apoyo del PRO y de otros bloques, obtuvo despacho favorable de mayoría, emitido conjuntamente por las comisiones de Cultura y de Planeamiento Urbano. En sus fundamentos, se expresa que «el proyecto del Paseo del Bajo, como obra vial, apunta a complementar la vinculación entre las autopistas existentes que confluyen en el centro de la Ciudad de Buenos Aires, puntualmente respecto del tránsito pesado y de larga distancia”, y que la obra paisajística asociada al proyecto vial “aportará a la Ciudad nuevas áreas verdes públicas de libre acceso para el esparcimiento y disfrute de sus habitantes”.

A su vez, el FpV había emitido un dictamen de minoría que proponía el giro del proyecto a la Comisión Especial de Patrimonio Arquitectónico y Paisajístico, pero quedó sin efecto cuando el oficialismo consignó que aquel ya contaba con la anuencia de esa Comisión. En consecuencia, se consensuó un nuevo texto a favor de la iniciativa, que finalmente fue llevado al recinto.

Puesto a votación, resultó aprobado por 35 votos positivos, 17 negativos y 6 abstenciones. Se manifestaron a favor los legisladores del PRO, Frente Renovador, Partido Socialista Auténtico, Bloque Sindical Peronista y Confianza Pública; por la negativa votaron los del Frente para la Victoria, Suma+, Partido Socialista, Autonomía y Liberación y Bien Común, y se abstuvieron los del Frente de Izquierda, el Bloque Peronista y la Corriente Nacional de la Militancia.

Puesto que se trata de un proyecto de ley de doble lectura deberá ser sometido a audiencia pública, tras la cual se convocará a una nueva sesión para su tratamiento y eventual sanción definitiva.

En ese sentido, durante el debate que nos ocupa algunos legisladores propusieron que en esa segunda lectura se incluyera en la ley el retorno del monumento a Cristóbal Colón a su lugar de origen, de donde fue retirado por decisión del anterior gobierno nacional.

De acuerdo con lo anunciado, el Parque del Bajo estará delimitado entre las avenidas Belgrano y Corrientes, y comprenderá la plaza Presidente Juan Domingo Perón, que antecede al edificio de la Aduana de Buenos Aires; los jardines de la Plaza de las Armas del Ejército Argentino; el Parque Colón; la plazoleta 11 de Junio de 1580; la plazoleta José Razzano; la plaza Nuestra Señora de las Nieves (hoy helipuerto presidencial y estacionamiento); la plazoleta Hipólito Bouchard, la plaza del Correo, la plazoleta Doctor Carlos Alberto Erro y la plazoleta del Tango.

Cabe señalar que el  proyecto de marras cuenta a su favor con sendos dictámenes de las Comisiones Nacionales de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos, y de Evaluación de Obras de Arte en el Espacio Público, así como con los informes técnicos de distintas dependencias del Gobierno de la Ciudad.

Triste destino el de los monumentos errabundos. Acaso al pesado bronce dedicado a Juana Azurduy le toque compartir la suerte de la marmórea estatua de Colón, que desde 1921 ocupó el mismo lugar hasta que fue desplazado por voluntad de la anterior presidenta y a instancias de su colega bolivariano, Hugo Chávez, para reemplazarlo, precisamente, por la obra que homenajea a la flor del Alto Perú, como la llamó Félix Luna.

Demostrando la similitud de concepciones que en lo que al arte y la cultura se refiere tienen uno y otro sector, macrismo y kirchnerismo convalidaron el antojo presidencial votando en la Legislatura y en el Congreso a favor del traslado del monumento al navegante, que pese a los reclamos de la comunidad italiana fue derribado y desmantelado.

En ese contexto, Cristina Kirchner y otro colega, el boliviano Evo Morales, inauguraron el monumento a Juana Azurduy.

Dos años después, mientras las piezas de mármol de Carrara que componían la escultura dedicada a Colón aún yacen desperdigadas en el espigón Puerto Argentino, frente al Aeroparque, en la avenida Costanera Norte, cabe preguntarse qué le espera al conglomerado de bronce que pusieron en su lugar.

Haydée Breslav, para La Rayuela y  Tras Cartón 

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