Reflexiones sobre las enseñanzas póstumas de un escritor

No sé si Italo Calvino conoció Villa Devoto.  Es probable, pero no lo puedo asegurar.  Lo encontré de pasada en Turín hace muchos años; su mujer, Esther Judith Singer,  era argentina pero no hablamos del tema.  Lo interesante de este gran escritor es el legado que nos deja en sus “lecciones norteamericanas”  publicadas póstumas en 1986.

Las historias de estas “Lezioni americane”   – como notaran los gringos nos sacaron del mapa– es curiosa: Calvino fue contratado en 1985 por la Universidad de Harvard para darlas en la prestigiosa «Poetry Lectures» – intituladas a  Charles Eliot Norton,  pero mientras las escribía tuvo una fatal enfermedad, hasta el punto de que la ultima esta apenas esbozada. En castellano se publican con el título “Seis propuestas para el próximo milenio” Editorial Siruela, en 1988

Las lecciones son seis (6) y tratan en manera decreciente el tema de la literatura.  Nosotros podemos dedicarlo a la vida en el barrio porque tienen validez universal.  La primera lección se refiere a la levedad: Calvino se sirve de la mitología acerca de la  lucha de Perseo contra la Medusa. Debe matarla pero no mirarla y se apoya en lo mas leve que encuentra,  el viento. “Hoy todas las ramas de la ciencia parecen querer demostrarnos que el mundo se apoya en entidades sutilísimas, como los mensajes del ADN, los impulsos de las neuronas, los quarks, los neutrinos errantes en el espacio desde el comienzo de los tiempos…, además, la informática. Es cierto que el software no podría ejercitar los poderes de su levedad sin la pesadez del hardware; pero el software es el que manda”[1],

La segunda lección está dedicada a la rapidez: significa velocidad en el pensamiento, capacidad de síntesis, diseño de obra bien definido  y  lenguaje preciso.  Trayéndolo a nosotros, el tema se coloca como uno de los fundamentales en nuestro tiempo, la velocidad exige rapidez en la concepción y  en la acción.  Sobre todo –ahora que estamos recuperando la participación– por medio de redes sociales la posibilidad de comunicarnos brevemente. La larga exposición de nuestras razones atentan  contra la atención de los demás y retrasan la toma de decisiones. Y los problemas se van acumulando y como dice el chiste: uno se los vuelve a encontrar.

La tercera la exactitud son tiempos en los cuales no podemos ser aproximados,  o más o menos.  Minguito decía “se igual”.  Y no es cierto que todo da lo mismo.  Un tema puntual, la poda de los arboles, por ejemplo, solo se puede resolver de una manera puntual en la cual hay que conocer la disponibilidad, qué se afecta con cada poda, qué ser resuelve.

La complejidad, cuarta lección,  exige respuestas concretas y precisas y que no pase demasiado tiempo entre el problema y la solución.  La actividad que exige un barrio como Devoto, con sus múltiples problemas cotidianos, impone averiguar primero y proponer después en forma rápida y eficiente.  Los criterios de mercado atentan contra la exactitud, no se debe sucumbir. No hay límite, dice Calvino, a la minuciosidad con la que se puede contar la historia mas precisa[2]

Luego viene la visibilidad  que mucha veces se asocia a la imagen y la remanida frase “una imagen vale mas que mil palabras”  La imagen ayuda mucho y parece que cuando afrontamos un tema lo primero que aparece es la imagen.  Pero mil imágenes sin palabras difícilmente tengan sentido.  La visibilidad apunta a la transmisibilidad del mensaje que es correcto para quien lo enuncia  y también para los demás.

La Multiplicidad ha hecho irrupción en nuestras vidas con la idea de sistemas: contrariamente a la convicción de que a cada hecho sigue un efecto y este es causa de otro hecho.  Metodología estupenda que llevó al desarrollo de las ciencias en la modernidad y hoy aparece corta como explicación:  a cada hecho contribuyen múltiples causas así como cada una de ellas será origen de muchos efectos  “Las catástrofes inesperadas no son nunca la consecuencia de un motivo único, sino un punto de depresión en la  consciencia del mundo, a la cual han contribuido  Una multitud de causas convergentes.”  La  multiplicidad complica el sistema de referencia pero lo hace mas rico y mas cercano a lo que sucede en el mundo.

El último tema, la Consistencia, no estaba incluido en la obra pero Esther lo recuperó de apuntes del autor;  tiene que ver con el principio y con el fin  en el principio “disponemos de todos los lenguajes” y en el que “tenemos a nuestra disposición el mundo (…) dado en bloque”. Lo difícil es llegar al final habiendo mantenido una coherencia en todo lo expuesto. [3] y en la vida social si bien todo es importante lo que se recuerda y pesa es el resultado que tiene que ver con el fin.  No es cierto –además– que los fines justifiquen los medios,  uno elige fines sabiendo los medios que va a emplear y acepta también a éstos.

Un autor, seis enseñanzas y una reflexión para el aquí y el ahora de nuestra vida comunitaria en una sociedad que se vuelve mas planetaria y mas depende de las soluciones locales.

Antonio A. Martino

[1] Version española citada pag. 58

[2]Pag 77 de la edición citada.

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